Audio de Artículos mod

Escute em Português / Escuche en Español

A veces, cuando sufrimos de algún tipo de molestia física, tenemos la sensación de que esta es constante. Pero ¿será esto realmente así?

La calima

En ocasiones, en la ciudad en la que vivo, sufrimos los efectos de algo llamado calima. Ésta es, básicamente, una mezcla de polvo en suspensión y aire caliente que suele perdurar alrededor de una semana. Cuando atravesábamos episodios de calima, siempre acababa por sentirme fatal. El mal humor se convertía en algo permanente a causa del calor constante. Eran días muy poco productivos. Intentaba moverme lo menos posible para no empeorar, e incluso a veces no salía a ningún lado. ¡Era horrible!

El año pasado, investigando nuevas técnicas para disminuir el sufrimiento que pueden ser puestas en práctica por cualquier persona de forma independiente, aprendí algo muy interesante. El dolor o malestar solo es constante en nuestra mente, porque ella se acuerda del dolor o malestar pasado y anticipa el futuro en el momento presente. Esta idea parece un poco confusa, pero si tenemos un dolor o molestia física y nos centramos en intentar percibir cómo nos sentimos en ese preciso instante, nos daremos cuenta que no es constante. Cada momento es diferente.

Después de aprender por qué sentimos el sufrimiento físico como algo constante, volvió esta bolsa de aire caliente y tuve la oportunidad de poner a prueba la técnica que consistía en analizar cada momento. Empecé a observar cada instante de cada uno de estos días y me di cuenta que habían periodos en los que el calor era constante y otros en los que no. En algunos momentos, sentía una agradable brisa, y ya no sentía tanto calor. En otros, entraba en una tienda o ponía el ventilador y me volvía a percatar que lograba refrescarme. Así entendí que en muchos ratos conseguía sentirme bien, y pude empezar a disfrutar de estos momentos.

La mujer del autobús

Hace poco, estaba en un autobús que tenía el aire acondicionado a una temperatura muy agradable. Yo me sentía perfectamente. No obstante, observé una mujer abanicándose con intensidad y al mirarla pensé, ¡qué interesante! esta mujer no se está percatando de que no tiene calor en este preciso instante. Se comporta igual que si estuviera en la calle a pleno sol. ¡Está sintiéndose fatal! Para ella, ahora el calor es constante, como lo fue en su momento para mí.

Efectos adversos

La sensación de dolor o molestia física constante genera un malestar emocional latente. En mi caso, este se manifestaba con un mal humor brutal. Mi paciencia disminuía, y las personas de mi alrededor no podían acercarse sin recibir una respuesta adversa durante los peores días de calima. Yo también alimentaba ese malestar con quejas que me hacían sentir aún peor. Un ciclo sin salida.

La disminución del sufrimiento

Es genial poder ser capaces de percibir lo que sentimos en cada momento, porque así conseguimos disminuir drásticamente el sufrimiento. Al notar que este no es constante, conseguimos darnos una tregua. Este estado de relajación permite que disminuyan los efectos colaterales del malestar emocional y sus consecuencias desagradables en nosotros mismos y con nuestro entorno.

Esta técnica también puede disminuir el dolor cuando se produce en repetidas ocasiones. Cuando la ponemos en práctica, empezamos a darnos cuentas que el dolor físico se va produciendo en periodos más alargados entre sí. Además, cuando algo nos duele, somos capaces de comprender que esta sensación es pasajera, y que en breve se pasará.

No quiero decir que dejes de tomar calmantes para el dolor si los médicos te han recetado, que no vayas al médico o que no sigas tu tratamiento. Ni siquiera quiero decirte que te compres un aire acondicionado si vives en una zona calurosa. Te explico esto para que puedas experimentar esta nueva forma de percepción. Todo esto simplemente te ayudará a comprender que lo que a veces parece constante, simplemente no lo es.

Además, todos en algún momento sufrimos algún tipo de molestia física que no podemos remediar. No por lo menos a corto plazo. Por eso, con esta información, tienes la oportunidad de transformar esas situaciones para que no consigan afectarte tanto, ni de forma emocional, ni de forma física. Podrás ser capaz de disminuir este tipo de sufrimiento en tu vida.

¡Ponlo en práctica!

La próxima vez que pases por alguna situación de molestia o dolor físico que parece constante hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Qué tipo de malestar emocional aparece?
  • ¿Cómo me hace reaccionar en relación con mis tareas cotidianas?
  • ¿Cómo me afecta en la relación con personas allegadas?

Observa que el dolor no es algo constante. Experimenta y disfruta los momentos de ausencia de sufrimiento. Sé capaz de percatarte de la disminución del malestar emocional y sus consecuencias.

Cuantas más veces lo pongas en práctica, más notarás sus efectos.

Comparte con nosotros el resumen de tu experiencia en los comentarios de abajo. ¡Me encantará leerlo!

Un gran abrazo,

Thais