¿Por qué no podemos juzgar a nadie?

¿Podemos juzgar a otras personas?

En este artículo te voy a contar un poco del por qué no tenemos la capacidad de juzgar a nadie.

El no juzgar a otros y entender que sus realidades pueden ser muy diferentes de la nuestra, nos abre a la posibilidad de conectar con muchas más personas, lo que aumenta nuestra capacidad de encontrar nuevos caminos para nuestros objetivos, visto que las oportunidades están siempre conectadas a personas.

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¿Te has parado a pensar por qué algunas personas manejan bien una situación y otras lo hacen fatal? Por ejemplo, unas tienen una facilidad increíble para hacer amigos y otras son absolutamente torpes en ese aspecto. O unos son gordos y por más dietas que hagan, vuelven a engordar porque no es una cuestión de comida, es una cuestión de bloqueos.

Cada persona tiene una realidad completamente diferente de la otra

Todos nosotros tenemos cosas que hacemos bien y cosas que no sabemos manejar. Lo que es fácil para uno es imposible para el otro, porque hemos vivido situaciones que pueden haber generado bloqueos que dificultan el desarrollo de esa habilidad.

Esta variedad es lo que más me fascina en mi trabajo, yo nunca encuentro una persona igual a otra. Las dificultades y retos son siempre diferentes. Aunque el objetivo sea el mismo para dos personas, el camino para lograrlo es siempre diferente.

A medida que vamos creciendo, creamos mecanismos de defensa que dependen del historial de cada uno. No tenemos la menor idea del porqué cada uno hace lo que hace. Los únicos que pueden saber qué nos hace comportarnos así somos nosotros mismos, pero muchas veces ni nosotros lo entendemos, porque no nos enseñan a mirarlo.

Si no podemos entender por qué reaccionamos de determinadas maneras en algunas situaciones, ¿cómo podemos saber qué pasa con el otro y juzgarlo?

Lo interesante es que varias personas pueden vivir en la misma casa, con las mismas condiciones, estudiar en la misma escuela con los mismos profesores, hacer las mismas actividades extra-escolares y sentir la vida de formas completamente diferentes. Como muchos hermanos.

¿Has conocido a hermanos que reaccionan de forma completamente diferente a las mismas situaciones. Uno que tiene muchos amigos y otro que los puede contar en los dedos de una mano. Uno que le encanta el teatro y otro que sólo de imaginarse delante de personas desconocidas ya empiezan a temblar. Por dar algunos ejemplos.

Es imposible saber realmente qué pasa en la cabeza de los demás.

Una vez una psicóloga que iba, me dio un ejemplo que me gustó mucho. Me dijo que es como si todos tuviéramos un baúl y eligiéramos, dentro de lo que vivimos, cosas para poner dentro de él. Unos eligen unos traumas y situaciones emocionantes y divertidas y los otros, traumas diferentes y otras situaciones interesantes y guay. Y lo vamos cargando y añadiendo más situaciones malas y buenas durante toda la vida.

Estos baúles nos hacen interpretar las situaciones con base a lo que hay dentro de él. Por ejemplo, si pongo en mi baúl un gran fastidio porque mi padre siempre gritaba conmigo cuando no acertaba la tabla, si alguien me habla alto cuando le doy alguna respuesta, mi reacción puede ser parar de hablarle.

Si su tono normal de hablar es este, no va a entender mi reacción. Y puede pensar en miles de justificaciones, basado en el contenido de su baúl, que nunca van a acercarse; ni de lejos, a la razón real.

Eso significa que todos vivimos en mundos diferentes y no tenemos la menor posibilidad de saber cómo es el mundo del otro porque miramos a partir del nuestro.

Lo curioso es que cuando no juzgamos y miramos la situación con ganas de entender las reales razones del otro, tenemos la posibilidad de conectar con él y, sólo así, comprender de verdad lo que pasa.

La próxima vez que juzgues a alguien, acuérdate que esa persona tiene un baúl completamente diferente del tuyo lo que le hace ver la vida de forma que probablemente ni te puedes imaginar.

Un abrazo y gracias por estar aquí,

Thais